martes, 11 de noviembre de 2008

El mundo de la brújula

En el año 2063 un grupo de niños iban a un paseo. Cuando llegaron, escucharon voces, se fueron a fijar qué era, pero no había nada. Luego fueron a otro lado más cercano a las voces, y vieron una brújula que hablaba. La tocaron, brilló y se cerró.
Nadie se animaba a tocarla nuevamente, pero no la querían dejar ahí. Un niño se animó a recogerla, la guardó, y todos se fueron corriendo a un lugar lleno de árboles. La abrió, le habló y le dijo -si pudieras hacer que la flecha señalara al norte, nos conduciría al norte de ciudad de Las Brújulas; si señala al sur, nos llevaría al sur de la ciudad Las Brújulas, si marca el oeste, nos llevaría al oeste de la ciudad. Y si señalara al este, nos llevaría al este de esta ciudad.
Los niños preguntaron, -¿Cómo es ese mundo?-
Le respondió -vayan y lo verán- ¿nos pasará algo? -Háganlo y verán.
No todos se animaron a ir a ese mundo, solo tres se animaron, Lucas, Agustina y Christian.
Cuando entraron, vieron un cartel que decía, ¡Bienvenidos al Norte de las Brújulas!
Para guiarnos la brújula nos envió un guía, llamado Broncito.
Él nos mostró todo el Norte de la ciudad, tenía superbrújus (son supermercados en ese mundo), minibrújus (son minisupermercados en ese mundo), expobrújus (son expo galerías en ese mundo) y también tenía bancobrújus (son bancos o cambios) de brujiquitos (es dinero en ese mundo).
Fueron al bancobrújus y cambiaron sus pesos por brujiquitos. Así podrían comprar muchas cosas.

Fueron al minibrújus para comprar algo de comer.
Luego querían volver a Uruguay porque todo era extraño y no conocían a nadie, excepto al guía, pero se había ido.
Cuando llegaron al lugar donde fue la clase de paseo, ya se estaban yendo a la escuela. Llegaron a la escuela, y se dieron cuenta que el mundo (Las Brújulas) no era divertido porque no conocían a nadie, por eso volvieron.
Es mejor la amistad que se conoce.
Christian Aquino, Agustina de Horta y Lucas Barenchi

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